!Hay tanto por hacer y hay tantos proyectos valiosos en marcha que apoyar! La sociedad ecuatoriana está en deuda con los docentes del país que forman a nuestros niños/as con mística y creatividad. Su labor diaria son hilos invisibles que tejen nuestra estructura social.



PROYECTO UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN

El actual modelo de Estado y de Desarrollo, ha implementado medidas de protección social y políticas públicas encaminadas a incrementar el acceso a la educación y el mejoramiento de la calidad educativa; sin embargo persiste un bajo nivel de rendimiento, lo que pone en evidencia la necesidad de implementar acciones específicas para lograr una educación de calidad a partir del mejoramiento de los procesos de enseñanza aprendizaje y del mejoramiento de la formación docente. El enfoque del Ministerio de Educación centrado en los resultados del sistema educativo, ha implementado sistemas de evaluación del rendimiento de alumnas/os y docentes, cuyos resultados muestran bajos niveles de rendimiento en los dos casos, evidenciando entre otros aspectos la inadecuada formación inicial de los docentes y la necesidad de formación continua para los docentes en funciones.
 La actualización científica, didáctica y profesional permanente se constituye en un derecho y obligación de las/los profesionales vinculados con la educación. Según información del Archivo Maestro de Instituciones Educativas (AMIE) 2008-2009, en el país existen 128.000 educadores, en instituciones fiscales y fisco misionales. Al 2009, el 78% de los educadores del sistema público y privado tienen título superior de tercer nivel y el 7% título de posgrado o cuarto nivel (AMIE, 2008 -2009). En la evaluación al desempeño docente implementada por SER, entre los años 2008 y 2009, aplicada aproximadamente a 6 mil docentes, en las instituciones públicas, de la Costa y Galápagos, los resultados muestran un alto desempeño en la evaluación interna, mientras que en la evaluación externa ningún educador alcanza un desempeño excelente en las pruebas de conocimientos, específicos, pedagógicos y de habilidades didácticas. Entre el 7% alcanzan un rendimiento muy bueno y entre el 50 y 55% tienen un rendimiento bueno . Si bien la mayoría de los profesores han alcanzado los años de estudio requeridos en sus respectivos sistemas para ejercer la profesión, los resultados de las evaluaciones realizadas sobre el aprendizaje de los estudiantes y el desempeño de docentes, son bajos. Esta situación amerita mejorar el currículo de los docentes en formación y asegurar que éstos consigan altos niveles de aprendizaje y el mejoramiento de las capacidades docentes en la práctica. Por ello, se requiere de iniciativas de formación que ayuden a los docentes a mejorar su práctica para que los estudiantes alcancen mayores niveles de aprendizaje . Para el ingreso de nuevos docentes al magisterio, en los años 2006 al 2008, se inscribieron entre 14 mil y 24 mil docentes, los cuales fueron sometidos a evaluaciones de conocimiento, formación y experiencia, con la finalidad de determinar su elegibilidad. En el año 2006, apenas el 15% de los inscritos fue considerado como elegible, en el 2008 el porcentaje se redujo al 6% . Es necesario emprender un proceso de monitoreo de la gestión de la calidad académica de los Institutos Pedagógicos, en procura de elevar la calidad de la formación inicial y articularla con programas académicos de tercer y cuarto nivel de la Universidad Nacional de Educación.



Andy Hargreaves: MAESTROS PARA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

Andy Hargreaves: MAESTROS PARA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Uno de los temas claves abordados por Hargreaves es la importancia del trabajo colaborativo, de cara a la etapa más desarrollada del profesionalismo de los docentes que él llama “extended professional” (o la etapa del profesional ampliado). En este contexto de globalización no hay forma de que los maestros desarrollen su trabajo si no son capaces de estimular la creatividad, la resolución de problemas, el mejoramiento continuo. Se necesita avanzar hacia comunidades profesionales en las que los maestros sean capaces de compartir sus saberes y crear una suerte de “inteligencia colectiva”. Hargreaves sostiene que los maestros pueden ser “catalizadores de la sociedad del conocimiento” si son capaces de promover un aprendizaje cognitivo más profundo, desarrollando capacidades para el cambio y asumir riesgos.